
Un robot bípedo desarrollado en Alemania "aprendió" a subir por sus propios medios una rampa. Según un artículo publicado en la revista "PLoS Computational Biology", en los tres primeros intentos para ascender, el androide -bautizado RunBot- se cayó hacia atrás cuando se encontraba a la mitad de la altura. Sin embargo, luego modificó su andar y logró superar el inconveniente.
Considerando el largo de las patas, ninguna máquina bípeda es más rápido que RunBot, que mide 23 centímetros de altura y logra 3,5 pasos por segundo. Además, cuenta con un "ojo infrarrojo" que reconoce la inclinación del suelo, por lo que el control del aparato se adapta a las condiciones particulares de cada lugar.
Su proceso de aprendizaje se produce de la siguiente manera: primero, el androide no logra mover un peso en su extremo superior y se cae hacia atrás. Con el tiempo, aprende a hacerlo para poder seguir avanzando sin caerse.
Para desarrollar el mecanismo de control del robot, el equipo científico de la Universidad de Gotinga, Alemania, eligió como modelo los circuitos de conexión nerviosa de los seres humanos. De ese modo, los expertos buscaron imitar la biología lo mejor posible usando piezas de metal, chips, cables, motores y una malla neuronal.
En general, el ser humano no piensa demasiado acerca de la forma en la que se desplaza, explicaron los creadores de RunBot. El cerebro sólo da la orden. Luego, circuitos de conexión subordinados y centros nerviosos cumplen con la tarea casi automáticamente.
Los científicos sostienen que existen jerarquías: la voluntad propia es el nivel superior, mientras que los reflejos y los controles automáticos que realizan la tarea se encuentran en un nivel inferior. Ahora, los expertos alemanes lograron reproducir en el robot bípedo un manejo jerárquico similar, lo que le dio la capacidad de aprender.
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